Jardín de ilusiones rotas es un poema que nunca escribí, pero siempre estuvo en mi cabeza. Fue tanta la tristeza, que no pude plasmarlo en el papel en su momento y se quedó siendo una idea.
Han pasado varios años y ese jardín sigue en mi mente, es allí donde me escondo a pensar, es allí donde nace mi arte.

sábado, 9 de febrero de 2013

El hombre de cuero negro


Un hombre bastante peculiar mira tranquilo por la ventana del colectivo. Son las cinco y cuarto de la tarde y está sentado como pocos pasajeros a esta hora del día. No parece ser muy alto, no es muy gordo ni muy flaco, quizá tenga unos sesenta años o tal vez más; lleva un pantalón café, zapatos negros de cuero, chaqueta negra de cuero, boina negra de cuero. Demasiado negro, demasiado cuero. Un extraño bastón reposa en su mano, es un bastón café, tiene una agarradera de cuero negro trenzado, de nuevo el negro, de nuevo el cuero. El mango, qué es ese extraño mango, es como una cabeza de serpiente cobra; una cabeza dorada, será de oro, acaso los ojos serán piedras preciosas, que extraño bastón, que extraño sujeto. Acaso ese bastón será una espada,  y si lo es, porqué la lleva, habrá matado a alguien con ella, será acaso un asesino. Para qué usa una espada o será un simple bastón, un bastón de madera con mango dorado cabeza de cobra, será de oro o solo una imitación. Que extraño sujeto, que extraño bastón. Zapatos de cuero negro, chaqueta de cuero negro, boina de cuero negro, agarradera de cuero negro; porqué tanto cuero. Quién es, qué hace, porqué usa tanto cuero,  porqué lleva ese bastón, porqué una cabeza de cobra, por qué no una calavera de plata o de oro con ojos de rubí.
Que mal, el colectivo está lleno, ya no logro verlo.

Vaya, ha pasado bastante tiempo, se habrá bajado ya, y si lo hizo en qué lugar lo ha hecho, para donde irá. Se han bajado varias personas, tal vez aún sigue aquí sentado, mirando por la ventana, ignorando a los pasajeros, ignorando que le he observado. No está, ¿dónde se habrá bajado?  

No hay comentarios:

Publicar un comentario