Condiciones:
1. No hay más personajes que A, B y C.
2. Historia corta de escena única
3. A y B son compañeros laborales y están reunidos planeando una conspiración
2. Historia corta de escena única
3. A y B son compañeros laborales y están reunidos planeando una conspiración
4. C es el jefe de
ambos
5. A, B y C están en el mismo espacio pero C está presente en un tiempo
diferente (antes o después de la reunión de A y B)
6. C monologa, dirigiendo su discurso al público como
audiencia ficcionalizada
7. El monólogo de C y el
diálogo de A y B deben ser complementarios
8. Ninguno
de los tres personajes está armado
Resultado
Lugar: Salón
de Ensayo
La reunión entre Emiliano y Adela se lleva a cabo
después del ensayo con Alberto.
Adela: Es que
no tiene derecho a hablarnos de esa manera.
Alberto:
Ustedes
son los peores músicos de la historia, como es posible que no toquen bien esa
partitura. ¿Es que acaso no pueden leer lo que está escrito? Eso lo tocan los
niños de transición en mi pueblo.
Emiliano:
Ahora
sí creo que deberían cambiarlo, ya me tiene hasta el tope.
Adela: A mí
nadie me había hablado de esa manera. Y eso que llevo mucho tiempo tocando la
flauta, pero ningún director había sido tan agresivo.
Alberto: ¡Nooo!
es que yo ya no sé qué más hacer. Se la pasan ensayando para tocar así. Esos violines
están desafinados, los vientos van por su lado, no sé qué les pasa a los
cellos y ni se diga del piano, porque ni
sé que está tocando. Toquen bien o si no ¡no toquen!
Emiliano:
Además
yo toco lo que está escrito. Y si piensa que toco mal el piano, será porque él
dirige mal la orquesta.
Adela:
¡Sí! Aparte yo ensayo he ensayado mucho como
para que me venga a tratar así. Puede ser el director y todo lo que quiera,
pero a la gente se le habla bien.
Alberto:
¡Ahh!
Y por ahí hay una señorita en las flautas que se ganaría un premio a la mejor
composición; pero como aquí no se trata de componer sino de tocar lo que está
escrito. Toquen bien o si no, no toquen y punto.
Emiliano:
Tenemos
que hacer algo para que se vaya.
Adela:
¡Síii! Es necesario
Emiliano:
¿Pero
que podríamos hacer?
Adela:
Podríamos rebelarnos, como en aquella película de Fellini.
Emiliano:
¿Cuál
película?
Adela: Ensayo
de orquesta
Emiliano:
¡Ahh
ya! Esa en la que el director es un viejo regañón como Alberto y se forma un
tropel en la iglesia donde ensayan.
Adela: ¡Siii!
esa misma, en la que están entrevistando a los músicos, quienes después se
amotinan contra el director. Así mismo deberíamos amotinarnos contra Alberto.
Alberto: ¿Saben
qué?, lo que yo quiero es que ustedes ensayen, pero que ensayen enserio. Que
dejen de ser tan malos, de verdad, es que así no se puede. Yo no los puedo
llevar a ninguna presentación si siguen tocando así de mal. Toquen bien, toquen
lo que está escrito, no se pongan a inventar. Ustedes escogieron esto como su
opción de vida y tienen que trabajar por ello. Entonces por qué no ensayan,
ahh. ¡Ensayen! Lean lo que está escrito y mírenme, porque es que si no me
miran, entonces a qué estamos jugando. Yo indiqué silencio y algunos seguían
tocando, mírenme porque si no, no vamos para ningún lado. No están tocando solos, esto es una orquesta
y yo los dirijo, así que mírenme entonces.
Emiliano:
Bueno
hay que reconocer que se pasó, pero en esa película al final se reconciliaron
¿no?
Adela: Pues
sí. Tal vez si lo hablamos con él, si le décimos que deje de gritarnos, que
tenga un poco más de tacto.
Emiliano: Puede
ser, pero eso sí, debemos dejarle muy claro que estamos cansados de que nos
trate mal y que así no se puede.
Adela: Sí,
tenemos que decírselo. Ensayaremos más pero también que nos trate mejor.
Emiliano: Me
parece bien. Entonces hablemos con él de una vez por todas.
Adela: Bueno
vamos.
Alberto: Bueno,
por último les insisto que sigan ensayando, pero no perdamos más el tiempo.
Desde arriba, un dos…..
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